viernes, 12 de junio de 2015

Eladio Beltrán Rodríguez. Evocaciones colmadas de gestos y silencios

Eladio Beltrán Rodríguez. Vilaflor, 2013


Eladio Beltrán Rodríguez nació en 1931, en El Monte, San Miguel de Abona, porque allí se encontraban sus abuelos, Francisco Rodríguez Cano, Pancho Simón, y Quiteria Rodríguez Alfonso al cuidado de una manada de cabras. Y allí se casaron sus padres, Guadalupe Rodríguez Rodríguez y Benito Beltrán Cano. Sus abuelos abandonan la cabrería a los pocos días de nacer Eladio y se trasladan a La Hoya, San Miguel de Abona. Aquí permanecieron hasta que Eladio contaba con unos 5 años, y su familia van a vivir a Las Mesas de Guaza, en Arona. En esos años su padre trabajaba en la agricultura, y tal como relataba Eladio: Y en ayudar a su familia en Trevejos. Con lo que salía, donde le salía trabajar, con lo que había antes, que antes no había trabajo, sino si salía algún día. Entendía de arar y cosas desas, y era ajeitado pa hacer los arados, y pa surquíar las fincas de tomates.
Mi padre trabajaba arando y surquiando huertas porque era ajeitado pa eso, y de vaquero con las vacas de  don Teófilo Bello, y después, a los cuatro o cinco años, como mi padre entendía bien de agricultura y de cosas desas, hacía falta un medianero para la Huerta Grande, paquí, y la Huerta Grande era dellos y entonces le dijo a mi madre y a mi padre que si ellos querían venir pa Vilaflor. Y mi padre como era de aquí arriba le dijo que sí, pues nos criamos áhi.
A esta propiedad denominada Huerta Grande, en Vilaflor, estuvo vinculado durante el resto de su vida, hasta poco tiempo antes de su fallecimiento el 7 de mayo de 2015. Primero vivió con sus padres en la casa del medianero, con posterioridad a la muerte de su padre, trabajando en una cueva de jable a mediados de la década de 1940, su madre se traslada a El Chorrillo. Eladio una vez casado reside en la Huerta Grande. Se casó, con 25 años, con Antonia Quijada González, conocida por Ana Rosa. Después habitan en la Cruz de Miaja, y con posterioridad en Santa Catalina. Estaba yo de encargado con Patrimonio y viviendo en las casas de la Huerta Grande, y llevando una medianería en la Huerta Grande, sembrando cebada y los frutales.
El acontecer de Eladio ha estado ligado a esta tierra chasnera, colaborando en las labores familiares y asistiendo a la escuela cuando se podía. Yendo a la escuela y trajinando como se trajinaba áhi los de la edad nuestra, que si echarle de comer a las cabras, que si había animales, ovejas, una bestia tenía mi padre. Los animales eran los coches de antes.
El aprovechamiento de la cumbre, recoger retama para los animales, elaboración de carbón, también fue labor que tuvo que realizar Eladio. Yo un hombrito, cuando estaba soltero, íbamos pa la cumbre, íbamos por retama y por todas esas cosas, con mi madre, teníamos vacas e íbamos por retama pa las vacas. Hizo carbón con su primo Miguel Moreno Beltrán, con él fui una vez nada más y cuando llegamos aquí nos tropieza Francisco el guardia y nos lo quitó.
Eladio realizó múltiples labores: trabajaba en galerías, trabajaba donde me salía. Recién casado fue encargado en la repoblación forestal: Limpiaron el monte bajo, todo, y lo dejaron limpio. Sólo se dejaban pinos, y entonces se abrían los hoyos, un hoyo de cuarenta centímetros. Se traían en canutos de cañas, los pinos pegados dentro. Estuve unos cuatro años y pico y entonces me pusieron de guarda los Bellos. En la repoblación del pinar y haciendo pistas hasta el monte de Granadilla, permaneció unos 4 años, cuando contaba entre los 25 y 30 años. Y después hacía falta uno en la Cruz de Miaja, pa la finca, pa sembrar papas y me pusieron abajo y vivía abajo, y hacía las cosas del monte, le daba vueltas al monte, viraba el agua, y así todavía estoy virándola.
Entre sus labores se cuenta el cuidado de colmenas o la elaboración de vino. El vino de Vilaflor es blanco, que es sequero. La uva aquí es blanca. Y vino bueno. Yo me acuerdo no poner el vino en limpio, y aquí se tienen que acordar casi todos que el vino limpio es de treinta años, o cuarenta, pacá, porque antes las calles eran empedradas y me acuerdo el olor cuando se iba a hacer el mosto que todo el mundo sacaba la barrica y escurría la madre y escurría por allí pabajo. Y el olor daba a madre de barrica.
El mosto se pone dentro de la barrica y entonces se va sentando hasta que se aclara y la escurra, todo el sedimento queda en el fondo de la barrica, entonces hay que sacarlo, pasarlo a otra barrica, quitarle la madre que le decimos, y volver a limpiar la barrica y volverla a pasarla allí. Y antes se dejaba hasta que nos bebíamos el vino. Yo me acuerdo, yo y mis hermanos, tener el vino allá, en la casa de El Chorrillo, e ir a la bodega, que ya a última hora ya no quedaba mucho, cuando quedaba poco en alguna barrica y levantarla con cuidadito y calzarla y después le sacábamos con el jarro de la talla. Y bueno, y bueno que lo diga, lo puede decir usted a voz limpia.
Eladio también cuidó una manada de cabras en la Cruz de Miaja, las tuvo unos 20 años y cuya labor abandonó a comienzos del siglo XXI. Yo llegué a ordeñar veinte cabras y sacar once kilos de queso. Queso que elaboraba Ana Rosa y lo vendían en el pueblo. Lo hacían en la Cruz de Miaja y en su casa de Santa Catalina. Se vendía fresco y después guardaba seis o siete pa la cacería.

Eladio Beltrán Rodríguez. Vilaflor, 2012

Algunos de sus recuerdos atesoran una vida muy diferente. Rememora los Llanos de Trevejos, sin parras. En ningún lado había parras, sino manadas de cabras, en cada casa había un medianero, áhi no había parras, ni las de doña Juana, que eran de las más viejas, y las de doña María. O el lavar en El Chorrillo, y a darle de beber a los animales: No había calle sino un camino empedrado. Por la parte arriba de los lavaderos había una tarjea, allí íbamos a darle agua a las vacas, a las bestias, y la gente por agua. De esa atarjea iba el agua a los lavaderos y luego se destinaba al riego. Y a lavar en el Barranco de la Vera, a oído yo los cuentos que iban a lavar al Barranco de la Vera.
Asimismo atesora recuerdos que recibió por tradición oral, como el agua que llegaba, procedente de El Traste, al tanque viejo de la Huerta Grande, primero en atarjeas de madera, después de cantería, de las canteras de la Montaña de Guaza. Don Tomás Bello le dijo a la comunidad del Traste que si le daban la madera de las canales, él hacía la atarjea de cantería, y se lo aceptaron, y la cambió, y la pusieron, y don Tomás se llevó la madera porque le hacía falta pa salones y cosas desas. En la Huerta Grande donde quiera había un pedazo canal de una huerta a otra, un tanto así [indica, abriendo las manos, unos 70-80 centímetros] para que cayera de una huerta a otra el chorro.
A su vera, al calor de la chimenea en su casa en Santa Catalina o en el caminar por los alrededores de Vilaflor, hemos escuchado sus amenos relatos, sus observaciones al pasado y al presente, plagados de gestos y silencios. De su memoria brotaban evocaciones con ciertos aromas a nostalgia, que en momentos contagia el animo, y aún más ahora cuando su presencia ya no es posible. 




12 de junio de 1899. Cámara Agrícola en Granadilla de Abona


 


12 de junio de 1899. Cámara Agrícola en Granadilla de Abona

En 1899 se establece una Cámara Agrícola con sede en Granadilla de Abona, promovida por diversos propietarios y con la intención de fomentar la agricultura. Como presidente se nombra a Gerardo Alfonso Gorrín, vecino de San Miguel de Abona y residente en Guía de Isora; como vicepresidente constaba Juan Reyes Martín y como