jueves, 30 de enero de 2014

Aterrizaje de dos aviones en El Bailadero, Arico

 
  El avión Archipiélago Canario en El Bailadero

Han sido varios los proyectos de pistas de aterrizajes que se han quedado en este Sur sin una ejecución definitiva, en varios casos se dispuso algún llano para el posible aterrizaje de avionetas, hasta que en 1978 se inauguró el Aeropuerto Tenerife Sur. El tantas veces añorado aeródromo poseyó varios proyectos para su construcción, desde el acondicionamiento de diversas pistas de aterrizaje, como en El Camisón de Los Cristianos o en Llano de Roja, en El Médano, donde se inauguró, en septiembre de 1962, el Aeródromo Tomás Zerolo. O la pista dispuesta en El Bailadero, en los alrededores de donde está ubicada la Casa del Caminero, en Arico, lugar en el que aterrizaron dos aviones Breguets el 30 de enero de 1924.
A finales del mes de enero de 1924 cuatro aviones del ejercito español, entre ellos un hidroavión, realizaron el vuelo entre Tetuán-Larache-Cabo Juby y las Islas Canarias. Aterrizaron en Gran Canaria, donde permaneció un avión por avería, dirigiéndose los otros tres a Santa Cruz de Tenerife, en cuya bahía amerizó el hidroavión, continuando los otros dos aeroplanos rumbo hacía Arico, desde cuyo lugar se informaba de su aterrizaje.
Los aviadores, Bermúdez de Castro, Pardo y Martínez Esteve, en El Bailadero
A las 12 y 25 minutos, se divisó uno de los aviones, y minutos después, a las 12 y media, comenzó a distinguirse en la misma dirección, el otro aparato. A las doce y media en punto, pasaba sobre el campo de El Bailadero el aeroplano Archipiélago Canario, pilotado por el capitán Pardo, y en el que iba de observador, el capitán de artillería, señor Bermúdez de Castro. El avión, después de una admirable maniobra, enfiló el campo por el sur, aterrizando en el centro del mismo y parando frente al sitio donde se hallaban reunidas las autoridades.
A continuación aterrizó el avión Tenerife, que en el momento de tomar tierra, capotó el aparato, sufriendo algunos desperfectos en le hélice y tren de aterrizaje. El piloto del avión, señor Martínez Esteve, y el observador, señor Bosch, resultaron afortunadamente ilesos. Los dos aeroplanos tardaron de esta capital al campo de El Bailadero, ocho minutos.
A los aviadores y autoridades presentes se les obsequió con un espléndido banquete en el domicilio del señor Rodríguez y Díaz-Llanos. En las crónicas publicadas sobre este acontecimiento se da cuenta del gran recibimiento que les profesó el pueblo de Arico y las gestiones para dicha deferencia mantuvo el Alcalde, Domingo Pérez Acosta. El pueblo se hallaba artísticamente engalanado, luciendo originales adornos pues de esta forma la población exteriorizaba el júbilo que aquel fausto acontecimiento le causaba. Asimismo se subraya: Merecen los mayores plácemes todos los habitantes de Arico y muy especialmente don Francisco Rodríguez Román y el maestro de obras don Juan Manuel Suárez, que tomaron parte muy activa en la confección de los adornos. Además de resaltar la gran labor del secretario municipal, Sixto Machado Martínez.
Por la tarde los aviadores y la tripulación se trasladaron por carretera a Santa Cruz de Tenerife. Para arreglar el aparato Tenerife se desplazaron a Arico varios mecánicos que se encontraban desmontando otro avión averiado en el aeropuerto de Gando, en Gran Canaria. El hidroavión regresó en vuelo a Sevilla y el resto de aviones se desmontaron y se enviaron a la Península en barco.