martes, 3 de septiembre de 2013

El Porís de Abona. Arico. c. 1940

 
El Porís de Abona. Arico. c. 1940

Barrio marinero de Arico que ha ido creciendo al socaire de la práctica pesquera y del comercio, a través de los barcos de cabotaje, sobre todo en las primeras décadas del siglo XX, cuando fue la puerta natural de entrada y salida de personas y mercancías de este Municipio. En la fotografía, obtenida desde el muelle, nos muestra la zona de Los Prismas, la Playa de El Porís y algunas viviendas representativas de su paisaje, como las situadas a su derecha, las conocidas por la Casa de Carmen Morales y la Casa de Carmen Albertos.
  
BRITO, Marcos: Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones

Concepción García Suárez. De alcaldesa en Santiago del Teide a maestra en Tamaide


  Concepción García Suárez. Alcaldesa en Santiago del Teide
 
Concepción García Suárez, lagunera de nacimiento, terminó sus estudios de Magisterio a finales de la década de los años veinte del pasado siglo, desde entonces se dedicó a la docencia, con una corta experiencia en una escuela del Sur de Tenerife en 1927, cuando estuvo unos meses en Tijoco, en Adeje. Después de impartir diversas clases particulares en Santa Cruz de Tenerife recala en la escuela mixta de Arguayo, Santiago del Teide, a la que se incorporó en el curso académico 1931/32, y donde permaneció hasta su traslado a la escuela mixta de Tamaide, en San Miguel de Abona, comunicándose su cambio en marzo de 1933, tomando posesión en julio de este mismo año, y donde permaneció hasta su jubilación en 1973.
En ese periodo que ejerció la docencia en Arguayo formó, por un espacio corto de tiempo, parte de la Comisión Gestora que presidió el Ayuntamiento de Santiago del Teide. Como otros tantos municipios que no habían podido realizar elecciones, y hasta tanto no se efectuasen, se preveía la constitución de comisiones gestoras que gobernasen la vida municipal. Estas comisiones las constituían tres miembros: un representante de Estado, maestro, miembro de correos o telégrafos, etc.; un obrero y un contribuyente. Los tres componentes de la constituida en Santiago del Teide fueron: Concepción García Suárez, Agustín González Forte y José Navarro Martín. Tomando posesión de su cargo, de primera y única Alcaldesa hasta el momento de este pueblo, el 5 de febrero de 1933. Tal como consta en el artículo que le dedica el Colectivo Cultural Arguayo, en el primer número de la revista Chinyero, perteneciente al año de 1996.
Su permanencia en el cargo fue breve, estuvo al frente de esta alcaldía hasta el 10 de mayo de 1933, cuando en sesión municipal se renuevan los cargos asumiendo el cargo de alcalde Leoncio Gorrín Rodríguez, a quien acompañaban Francisco Abreu, como primer teniente de alcalde; Antonio Gorrín Lorenzo, como segundo teniente de alcalde; y como síndico, Manuel Pérez Gorrín. En este corto periodo, y tal como se informa en la prensa de la época, durante el poco tiempo que ha desempeñado dicho cargo ha procurado proceder siempre con imparcialidad y rectitud, y como se ha interesado por los problemas locales, al par que gestionado y obtenido algunos beneficios, es por lo que su salida del Ayuntamiento ha sido muy sentida. En la sección citada se le concede un voto de gracias por la gestión realizada al frente de la Alcaldía.
En un discurso que pronunció en Tamaimo, tal como se recoge en la revista Chinyero, se planteaba resolver algunas necesidades acuciantes, la comunicación y el agua. Yo de vosotros sólo deseo colaboración, ayuda espiritual, para salir adelante y satisfactoriamente de este marasmo en el que me he metido.
En mi reciente visita al Gobernador Civil le expuse la aguda crisis de trabajo que se siente en estos pueblos y de la necesidad de redimirla cuanto antes. Traigo una buena impresión sobre este primordial asunto.
En mi entrevista con el Presidente del Cabildo creo haber conseguido la inconseguible, lo más necesario a mi juicio: la inmediata continuación de la pista a Tamaimo y la conducción del agua para el abasto público del sediento pueblo de Arguayo.
Uno de sus logros fue el de abastecer de agua potable al barrio en el que habitó y del que sabía muy bien las penurias que padecían sus habitantes para poder proveerse de agua, por la que tenían que caminar varias horas para acarrearla hasta sus casas. Fue su iniciativa la que palió en parte esta demanda, con la instalación de una tubería que la trasladara desde Santiago del Teide. Su gestión inició el proceso para su instalación, que se remató cuando ya residía en San Miguel de Abona, el 30 de noviembre de 1933. Día de júbilo para sus vecinos, que dejaron atrás las penurias pasadas en los caminos.  
  Concepción García Suárez, con alumnas de la Escuela de Tamaide

Y su traslado a la Escuela Mixta de Tamaide, de reciente creación en este barrio que por estas fechas superaba los doscientos habitantes, fue el inicio de un caso atípico en la enseñanza en el Sur de la Isla donde se producían incesantes rotaciones, además de continuas ausencias del profesorado, quedando desasistidas durante largos periodos. Eran puestos no deseados por su lejanía y deplorables comunicaciones, por lo que el trasiego de maestros era continuo. Concepción García Suárez, doña Concha como se le conocida y admiraba, se estableció en el pueblo, donde se casó con Eladio González Galván, donde tuvo sus tres hijos, y donde siguió impartiendo la docencia hasta su jubilación en 1973. De esta década de los años treinta creemos que es la imagen que recoge a esta maestra con un grupo de sus alumnas.
Y en la escuela de Tamaide permaneció durante cuarenta años. En julio de 1973 se le tributa un homenaje en su San Miguel de acogida, en el que dejó algo más que su imborrable huella. En la tarde del día 22 de julio impartió su última lección, en la escuela a la que le aportó toda una generosa vida. Por sus manos pasaron tres generaciones de sanmigueleros, y allí estaban una gran parte de esos antiguos alumnos, junto a las  autoridades, a los compañeros de magisterios, a sus amigos. Allí se encontraban, agradeciéndole con palabras, con presencia, con emotividad, acompañándola en su penúltimo magisterio, que impartió con entrecortadas palabras, con emoción, inculcando perseverancia, dando ejemplo del saber ser y estar, ese modelo por el que transitó hasta su muerte, en 2001, en el regazo de su San Miguel del alma.
Después dejaron atrás la escuela para trasladarse a la Parroquia de San Miguel Arcángel donde se ofició una santa misa, por parte del párroco Miguel González Díaz, que también se ilustró de su magisterio y que en esos momentos lo era de la Parroquia de La Cuesta. Después en la plaza otro reconocimiento por parte de sus alumnos, con la disertación del abogado Ramón Fumero Dorta, a quien fue su primera maestra. Cerrando el acto el entonces teniente de alcalde, Pantaleón Hernández. Los agasajos continuaron con una cena en un restaurante, donde se reunieron representantes de educación, municipales y toda una extensa hornada de antiguos alumnos. En este último acto, además de una larga lista de recuerdos, se le impuso, por parte del Inspector Jefe de Educación General Básica, Bartolomé Nieto Baena, la insignia de oro del Magisterio.  
Doña Concha fue alcaldesa de Santiago del Teide, en una época que en el Sur era sinónimo de pobreza y miseria, de aislamiento y olvido, de subsistencia pura y dura. Doña Concha impartió la docencia en dos barrios desconocidos, Arguayo y Tamaide, a los que había que buscar en un buen mapa, a los que había que trasladarse a pie o sobre los dóciles lomos de bestias. Lugares que disponían de unos cientos de vecinos más preocupados en dar el imprescindible alimento a su descendencia que en procurarles educación. Dos barrios humildes, con escasos recursos, a los que llegó una joven maestra que supo granjearse el cariño de sus gentes, que supo ganarse el respeto y el eterno recuerdo de sus alumnos, de toda persona que la trató.