domingo, 18 de agosto de 2013

Almendreros en las Bandas del Sur




  Las Manchas. Santiago del Teide, 2013

Los almendreros se adaptan muy bien al clima, y al terreno, que predomina en este Sur. Su fruto, al igual que el higo pico y el higo de leche, estos dos últimos en forma de porretas e higos secos, fue una importante fuente en la alimentación, en la subsistencia, de nuestros antepasados.
Referencias de almendreros se encuentran desde siglos atrás. Como por ejemplo se puede aportar los datos de las perdidas ocasionadas por el huracán que padeció las Islas Canarias en noviembre de 1826, en el que se reseñan los daños ocasionados en árboles frutales en el Sur de Tenerife, sin especificar variedades, salvo para el Municipio de Santiago del Teide: Árboles arrancados de raíces en la demarcación de mi mando puede llegar a mil, más bien más que menos y esto es de los frutales de leche y de almendros y morales puede llegar a mil también.
Para el siglo XIX también se puede citar el proceso que se cursa en 1855, por el Ayuntamiento de Guía de Isora contra un cabrero por entrar su ganado en un terreno de Salvador Alonso Rojas, denominado Tejinastal, ocasionando daños en almendreros, higueras de leche y manchones de hierba. 
Barranco de Angola. Vilaflor, 2013 a
En Vilaflor, se encuentran múltiples referencias en las declaraciones de fincas rusticas, en 1882, y aunque no es frecuente encontrar las citas de almendreros ya que se recogen en muchos casos con el genérico de árboles frutales, se anotan su existencia en algunos lugares. Así se declara la posesión de dos pies de almendreros en el Callejón. En el Llano de Coto, una tierra dedicada a cereales y almendros. O en Santa Catalina, una tierra destinada a almendros.

  Con la vara. Los Tomillos. Aripe, 2007
  Aripe. Guía de Isora, 2009

En algunas zonas, como en el Suroeste de la Isla, se denota una expansión de este cultivo en la última mitad del siglo XIX, motivada por la crisis de la cochinilla, la cual se intentó atenuarla con la siembra de almendras, tal como apunta Carmen Rosa Pérez Barrios en su publicación la Propiedad de la tierra en la Comarca de Abona.
El cuidado del almendrero ha perdido presencia en estos campos del Sur por el abandono de la agricultura tradicional. Lo que representó a nuestra gente del campo nos lo muestran algunos de sus vecinos, algunos de ellos ya fallecidos. Como Rosario Delgado Hernández, quien nació en El Roque, San Miguel de Abona, en 1912, y quien contaba que en el día de reyes sólo recibían unas naranjitas y unas almendras, que colmaban la mayor de las expectativas. 
  Las Vegas. Granadilla, 2013
María Oliva Fraga, nació en 1928, en Icerse, Adeje, en una familia dedicada al cuidado de una medianería, entre la agricultura y la ganadería. Pero lo que no entraba en ese trato eran las almendras, que también recogíamos, pero pagában pa recoger, las almendras se las llevaban ellos, las exportaban pa Las Palmas.
María Rodríguez González, de Aripe, Guía de Isora, donde nació en 1935, y que siempre ha estado vinculada a este cultivo, con una gran mano para tumbar la almendra con la lata, con la larga vara con la que se golpea el árbol. Apunta María que la almendra se solía vender sin majar. Se tumbaban con la lata, se recogían, se trasladaban a la vivienda, se escogían, se les retiraba la cáscara verde, a la que aún la tenía, y se almacenaba en el granero. La cáscara verde se solía colocar en el estercolero y utilizarla con posterioridad como abono, y la seca se podría utilizar para alimentar el fuego del fogal.
Tomás Trujillo Trujillo, cabrero más conocido por Pablo, y quien nació en el canto abajo de Las Manchas, en Santiago del Teide, apunta la dedicación de su familia, que también incluían la almendra entre sus labores. En aquella época nada más que el ganado, sembraba, recogía, vivía de la agricultura. Y así pasábamos un tiempo como dios mandaba, en aquel tiempo de las miserias lo pasamos bastante bien porque teníamos gofio, cogíamos papas, fruta, almendra, de todo teníamos en la casa.
Asimismo con la almendra, al igual que otros cultivo como la papa y de otros árboles frutales, fue recurso para gente humilde a través del rebusque, de ese fruto que queda perdido bajo el almendro una vez recogida la cosecha.

  Los Calvaritos. Vilaflor, 2012
O anotar otros apuntes de esas almendras que se utilizan para la excelente repostería de este Sur: truchas de almendras, tortas de almendras o tortas chasneras, piñas, huesos, rosquetes rellenos o matrimonios. Y como ejemplo de dulcera se podría citar a Adorsinda Melo Aponte, quien nació en 1883 en Arona, y que elaboró sus deliciosos dulces en El Hoyo, en Vilaflor, tal como recuerda su hija María Tacoronte Melo, también dulcera y quien recuerda alguno de los momentos por los que transitó la vida de su madre, prestigiosa dulcera que recorrió buena parte del Sur de la Isla endulzando el paladar de sus gentes. Sobre todo en verano, se trasladaba a los festejos, se producía un ajetreo continuo en su casa de El Hoyo. Era empatar una semana con otra, siempre con los dulces, empatar porque cada vez que había una fiesta había que salir, usté ve que Las Galletas es muy cerca al Valle, después era Charco del Pino, después San Antonio en Granadilla, después también San Miguel.
Almendrero. Árbol de retorcidos y estriados troncos, de amplia gama de pardos que en ocasiones rivalizan en coloridos con la piedra. Y llega la conversión, brota el colorido, brota los pétalos blancos y rosas que pueblan laderas y barrancos de júbilo. Pero la metamorfosis continúa con el brotar del verde, de sus hojas, y del cuajado del fruto, de la almendra, exquisito manjar que aporta alegrías a nuestro paladar.

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